La compañía tinerfeña Abubukaka  presenta un espectáculo que es un esperpento incluso más grosero, plebeyo, chabacano, vulgar, basto, soez, obsceno, patán, cerril, rudo, burdo, ordinario, imperfecto, tosco, procaz e irreverente que todo lo que se le haya ocurrido hasta la fecha, que pretende indignar, enfadar, irritar, cabrear, arrebatar, molestar, contrapuntear, encolerizar y enojar a todo aquel que se sienta aludido, citado, mencionado, referido, apuntado o sugerido. A ver si lo conseguimos. Después asumiremos nuestra responsabilidad, compromiso, obligación, deber, cometido, tarea, carga, competencia e incumbencia, que Abubukaka no es ni de buena familia ni de alta cuna.

 

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