“El abogado Maurice Quevedo está en su despacho con una pistola en la mano a punto de quitarse la vida. En ese momento toca la puerta un personaje muy peculiar que no tiene nombre porque nunca le ha hecho falta. De forma delirante Quevedo termina trabajando para este personaje que ha decidido denunciar a las Naciones Unidas por lo que él opina es una falta de respeto a su persona”.
Así empieza esta obra de teatro, que Luis O’Malley también se ha encargado de dirigir, mientras que Mingo Ruano y José Luis Massó darán vida a los personajes de Michelle. Mingo Ruano se sumerge en la piel de Maurice Quevedo un abogado de éxito, que disfruta de su nivel de vida. La obra comienza en un momento drástico en el que su vida personal no es tan ejemplar como su vida profesional y allí está esa contradicción del ser humano, que muchas veces vivimos de cara a la galería mostrando una vida perfecta que muchos envidiarían, pero de puertas adentro siente vacíos emocionales, que le hacen cuestionarse realmente si merece la pena o no merece la pena vivir.
Mientras que para José Luis Massó su personaje es un reto porque es irreal. Es un personaje que habla y se comporta de una manera naturalista, pero en el fondo es extravagante. Es un personaje surrealista, entonces sus maneras de reaccionar son un poco extrañas, no hay ningún referente. El reto ha sido dotar al personaje de una corporeidad distinta, de una serie de ademanes, movimientos, voz y actitud de quien intenta ser quien no es.
Para ir dando forma a estos personajes se han realizado una serie de ensayos, en las que todos destacan la idea de sentirse entre amigos y como en casa. Además también han trabajado en el diseño de iluminación y ambientación Rafa Morán, Andrés Macías como ayudante de dirección, Luis Suárez, Fátima Castro y Omaira Ortega como ayudantes de producción, como fotógrafo Juanjo Rodríguez, como diseñadores gráficos Fran Medina y Miguel Ángel Gil, como jefa de comunicación Elizabeth Santana y como constructor de la escenografía Tanausú Mendoza.
Para Luis O’Malley está quedando algo muy bonito, “somos tres amigos haciendo una gamberrada”, comentó. Además, para él es una gran obra, en la que se transmite que “todo lo agradable también tiene una parte que molesta”. Mientras que a Mingo Ruano y a José Luis Mássó les encantó la idea y consideran que sus personajes son un regalo, además de que se alegran de que una joven compañía canaria apueste este tipo de propuestas.
