“Como han pasado los años…”
El tiempo pasa raudo. Y lo acontecido se queda en nuestra piel, grabado en líneas que dibujan lo que somos. El corazón y el pensamiento pugnan por llegar a un acuerdo donde ninguno salga malparado. La atareada cotidianidad desdibuja los recuerdos e impide muchas veces mirar al futuro. De ahí la importancia de la coherencia.
Carmelito y Maruquita, Cuco, Fefo y Chanin, y todos y cada uno de los personajes que componen esta realidad paralela siguen siendo los mismos; aunque hayan vivido más de treinta años de aventuras, cambios y evolución. Han sido personas de su tiempo, del tiempo que viven, pero conservando esa esencia que les hace ser ellos mismos.
Ser coherente es ser fiel a uno mismo. Lo que fuimos es lo que somos, y lo que seremos. Las bases de la coherencia tienen que estar fundadas en los principios.
Algunos dicen que no se debe volver al pasado, y otros creen que es una de las maneras de no volver a cometer los mismos errores.
Conocer nuestro pasado es la mejor manera de entender nuestro futuro. Y a veces comparar lo que vivimos ahora con lo de ayer, lo que fuimos y en que hemos evolucionado, o como sentíamos antes y como palpita nuestro corazón ahora mismo; es lo que nos puede hacer mejorar nuestro futuro.
Yo mismo no olvido donde nací, como me crié, cuáles son las raíces que me hacen ser lo que soy y como comencé en esta bendita labor que es hacer reír a la gente. La responsabilidad es cada vez mayor por eso el ejercicio de la profesión sigue provocándome nervios y una sensación de gran responsabilidad hacia quien me ve encima del escenario o me escucha desde su casa o su coche (el día que no los tenga sé que algo puede salir mal).
Hacerte reír es mi primer objetivo, y si de paso puedo hacerte llegar algo de nuestro acervo cultural, algo de eso que nos define, pues ya estoy feliz.
Manolo Vieira nos presenta su nuevo rato juntos. Con historias nuevas y algunas de siempre nos lleva en un viaje desde el pasado hasta el futuro más inmediato. Como vivíamos antes y como vivimos ahora, siempre desde la perspectiva del humor, una visión amable y cálida de lo que fuimos, lo que somos y lo que podemos ser en adelante. Un espacio cómodo para estar juntos y para reír, sin más pretensiones. Te esperan risas y muchos recuerdos. Que no te lo cuenten, vívelo.
