Este trabajo está dedicado a todas las Islas Canarias. A todos los canarios. A mujeres y hombres que nos brindaron su tiempo y sus vivencias llenas de humor y socarronería, para qué, gracias a ellos, podamos seguir compartiendo la magia de los cuentos.
El autor nos transporta a un espacio íntimo, sin más elementos que el gesto y la palabra. Nos invita a disfrutar de los cuentos, contados con la parrocha de antaño y cargados de adornos y sonidos para enriquecer las historias.
Es por tanto un trabajo donde no solo la risa tiene su protagonismo, es una obra donde el espectador estará atrapado en una mezcla de sensaciones y sentimientos, de recuerdos y vivencias de la que todos de una u otra manera formamos parte.